El inesperado cerrojazo de la Hostelería ha dejado a las Empresas de Distribución de HORECA con una actividad comercial en mínimos, y unas consecuencias económicas desastrosas que fuerza a todo el sector a luchar por su supervivencia.
El cierre de los establecimientos de hostelería a causa del COVID-19 ha dejado a las Empresas de Distribución de alimentos y bebidas del canal de consumo fuera del hogar prácticamente sin clientes y con una actividad comercial en mínimos.
A mediados de marzo, José Manuel Fernández Echevarría, Director de FEDISHORECA, Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración, comentaba: “El efecto es directo y vinculado a la propia actividad de sus clientes: hoteles, bares y restaurantes quienes han cerrado su actividad, con la excepción de un pequeño porcentaje: gasolineras, centros hospitalarios y pequeñas tiendas de alimentación”.
A finales de abril sus asociados ya se habían visto afectados con una caída de ventas del 98%.
FEDISHORECA, está constituida por más de 500 empresas de 13 Asociaciones Empresariales territoriales, y representa al sector de empresas de Distribución a HORECA, que comercializan y distribuyen principalmente Bebidas, además de otros productos de Alimentación. Si bien no aglutina la totalidad del sector, sí es la Asociación de mayor relevancia.
¿Qué características tiene el negocio de la Distribución del canal de consumo fuera del Hogar?
Para los que no lo conozcan, su principal actividad es la venta y suministro de Alimentos y Bebidas a los establecimientos de HORECA y al resto del canal de consumo fuera del hogar: Colectividades, Ocio e Impulso; y a la Alimentación Tradicional.
Es importante destacar que estos distribuidores compran los productos a sus proveedores y posteriormente los comercializan con sus propios medios a los establecimientos. Salvo algunas pocas excepciones, el sector está compuesto por pequeñas y medianas empresas de tipo familiar.
Debido a la alta atomización y capilaridad del canal, los costes de comercialización y distribución de estas Empresas son muy elevados: En Personal (Ventas, reparto, almacén, administración), en Estructura (Almacenes, cámaras frigoríficas, camiones, equipos informáticos, etc), en Suministros (Combustible, energía, teléfonos), en Impuestos (Tributos, permisos, etc,). Y a todo esto, se le tiene que sumar el coste de Financiación de un elevado circulante en Stocks y Clientes.
Son negocios de alta complejidad, que combinan la dificultad de gestionar equipos comerciales que visitan un gran número de clientes con la necesidad de optimizar extensos porfolios de productos. Para todo ello se requiere un alto nivel de profesionalización y control, ya que los márgenes son muy estrechos y cualquier incidencia puede implicar entrar en pérdidas.
Y con esta situación tan inesperada y preocupante, ¿Qué iniciativas ha tomado el sector?
Veamos por partes las principales acciones que se han ido tomando desde el inicio de esta crisis, y como están evolucionando:
Personal ¿Cómo superar el bache sin entrar en despidos masivos?
La necesidad de reducir al máximo la principal partida de costes, ha sido uno de los objetivos más urgentes de todas las empresas. Aunque con ciertos problemas en un inicio, el procedimiento de suspensión de contratos temporales y reducción de jornada (ERTE) por causas de fuerza mayor se reveló como el instrumento más adecuado. En estos momentos la principal cuestión es hasta cuándo poderlo extender. El 30 de junio es la fecha que recientemente se ha acordado, pero se sigue presionando para que el plazo se alargue hasta fin de año.
Otro punto candente es conseguir que la incorporación de las plantillas sea progresiva en consonancia con la reactivación del sector, y ésta se pueda hacer sin perder las compensaciones económicas por los empleados que todavía se mantengan en el ERTE. Veremos si se alcanza un acuerdo en esta línea.
Desde ADISLEV aseguran que “No será viable incorporar a toda la plantilla al mismo tiempo si no hay actividad suficiente en nuestros clientes»
Stocks ¿Qué impacto ha tenido?
La inesperada crisis del COVID-19 cogió a la mayoría de los distribuidores con los almacenes, cámaras frigoríficas y de congelación bien llenas. Es conveniente recordar que la crisis se inició a las puertas de Semana Santa, un momento importante ya que supone el inicio de la temporada turística.
Muchos Distribuidores lamentaban “Nuestros almacenes están repletos de mercancía perecedera y parte de ella con fechas de caducidad muy próximas que no vamos a poder comercializar; nos va a producir enormes pérdidas que pueden afectar a la viabilidad futura de nuestras empresas”
Ante este panorama, una prioridad urgente ha sido mover las existencias detenidas en los almacenes. Hemos visto iniciativas que han ido desde la comercialización de productos directamente al consumidor final, aprovechando el repunte de la compra on-line durante el confinamiento. (Bidfood/Guzmán es un buen ejemplo), hasta otros que han apuntado al comercio de alimentación minorista como canal opcional.
Pero en muchos casos la destrucción de alimentos por caducidad va a ser inevitable, y ante esto una buena alternativa será anticiparse con la donación de alimentos a Entidades benéficas para su reparto entre los más vulnerables. (Entre muchas acciones destacamos ORTHIDAL, Distribuidor de Hostelería en Las Islas Canarias).
Clientes ¿Qué pasa con los impagados?
Como consecuencia de un cierre tan brusco de los clientes, las empresas de la distribución se están encontrando con el problema de impagos de facturas pendientes que limitan su liquidez a corto plazo, y si bien la mayoría trabajan con seguro de cobro, la magnitud de éstos es tan grande que no evitarán cuantiosas pérdidas en un futuro no muy lejano. Por esta razón deben agilizarse al máximo todas las ayudas económicas, créditos y avales para el sector por parte del Gobierno y Autonomías.
Si observamos que ocurre en otros países la situación es similar, y por ejemplo en el Reino Unido la Federación de Distribuidores y Mayoristas FWD, asociación muy potente que representa la totalidad del sector, ha solicitado al Gobierno Inglés que habiliten subsidios a las empresas de la distribución por las pérdidas provocadas por la crisis del Covid-19, de forma análoga a las recibidas por los establecimientos de Hostelería.
Entre las muchas acciones realizadas por la FWD compartimos una de curiosa, la publicación de una carta abierta de los distribuidores a sus clientes que expone textualmente «Le pedimos que asigne parte de esa asistencia que recibe del gobierno para pagar sus facturas por la mercancía que ya le hemos entregado”.
¿Qué otras iniciativas se están tomando?
HOSTELERÍA DE ESPAÑA, organización empresarial que representa a más de 270.000 restaurantes, bares, cafeterías y pubs de todo el país, AECOC, asociación empresarial que integra a más de 30.000 fabricantes y distribuidores, y FIAB, Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas, que representa al primer sector industrial del país con más de 30.000 empresas y casi 500.000 trabajadores, han presentado al Gobierno su Plan de Desescalada Inteligente con un paquete de medidas para recuperar la actividad del sector minimizando las pérdidas económicas.
El paquete de medidas aborda el problema de liquidez al que se enfrentan los establecimientos hosteleros y plantea microcréditos; propone un sistema de pago flexible de rentas de alquiler al menos hasta diciembre de 2020; reclama la flexibilización de los ERTEs para todo el sector hostelero; y reivindica el concepto de seguridad a través de las medidas sanitarias y de prevención, de tal manera que no se limiten aforos, sino que se consiga un aforo seguro.
Son medidas que se centran en ayudar a los establecimientos de hostelería, pero que claramente benefician de forma indirecta a Fabricantes y por supuesto a los Distribuidores, que como hemos visto tanto lo necesitan.
Iremos siguiendo de cerca todo el proceso de desescalada hasta la nueva normalidad, y viendo cuales de todas estas acciones implementa el Gobierno para ayudar a reiniciar la actividad en toda la cadena de valor de la hostelería. «Reiniciar» que no «regresar» en el sentido de continuar donde lo dejamos; será esto tema de otro análisis.